Lavanda Flor
La lavanda ha sido utilizada desde la antigüedad como hierba relajante, ya que ese poder calmante y sedante es su principal característica. El té de esta planta tiene un sabor suave y es aromático; consumirlo de forma habitual ayuda a combatir el insomnio, las migrañas, el estrés y la ansiedad.
Además, el té de lavanda también es conocido por sus propiedades digestivas: contribuye a mejorar las digestiones lentas y pesadas.
No está indicado para personas hipotensas porque la lavanda es hipotensora y al usarla bajaría más la tensión causando mareos, náuseas y otros problemas.
La lavanda ha sido utilizada desde la antigüedad como hierba relajante, ya que ese poder calmante y sedante es su principal característica. El té de esta planta tiene un sabor suave y es aromático; consumirlo de forma habitual ayuda a combatir el insomnio, las migrañas, el estrés y la ansiedad.
Además, el té de lavanda también es conocido por sus propiedades digestivas: contribuye a mejorar las digestiones lentas y pesadas.
A la lavanda se le atribuyen propiedades sedantes, antiinflamatorias, digestivas, antibacterianas, cicatrizantes, antisépticas… En cuanto al ámbito de la cosmética, es astringente, antioxidante y antimicrobiana. En la composición de la lavanda encontramos, principalmente, taninos (con propiedades astringentes y antiinflmatorias), flavonoides (antioxidantes), ácidos rosmanírico y ursólico (antiinflamatorio, antimicrobiano y antioxidante) y alcoholes terpénicos.
No está indicado para personas hipotensas porque la lavanda es hipotensora y al usarla bajaría más la tensión causando mareos, náuseas y otros problemas.