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Ayuda a absorber mejor los nutrientes de los alimentos que ingerimos.
Evita la aparición de náuseas, la formación de gases, y aporta una sensación de bienestar tras una digestión difícil.
Se le atribuye un notable efecto protector sobre el hígado y la vesícula, ya que favorece la secreción de bilis y la eliminación de residuos tóxicos y restos de metales pesados.
Como el ajenjo y otras plantas próximas, se ha venido usando como remedio tradicional contra los parásitos intestinales.
En trastornos ginecológicos, destaca como un óptimo regulador de la menstruación, en periodos irregulares y dolorosos o cuando se produce escasez de flujo menstrual.
Ayuda a absorber mejor los nutrientes de los alimentos que ingerimos.
Evita la aparición de náuseas, la formación de gases, y aporta una sensación de bienestar tras una digestión difícil.
Se le atribuye un notable efecto protector sobre el hígado y la vesícula, ya que favorece la secreción de bilis y la eliminación de residuos tóxicos y restos de metales pesados.
Como el ajenjo y otras plantas próximas, se ha venido usando como remedio tradicional contra los parásitos intestinales.
En trastornos ginecológicos, destaca como un óptimo regulador de la menstruación, en periodos irregulares y dolorosos o cuando se produce escasez de flujo menstrual.
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